En marzo de 2020, a medida que avanzaba la pandemia de COVID-19 en todo el mundo, se hizo evidente que se necesitaba atención adicional para proteger a trabajadoras y trabajadores del sector cárnico.
Llegado el 24 de septiembre, solo en Estados Unidos, 42.988 personas que trabajaban en empacadoras de carne habían dado positivo por COVID-19 desde marzo, y habían fallecido al menos 206 de estas personas, según Food and Environment Reporting Network.
Tras pormenorizados debates y análisis, la UITA elaboró esta guía especializada para las afiliadas con miembros en el procesamiento de carne y aves.
En ella se explica por qué la COVID-19 se propaga tan rápidamente en las plantas de procesamiento de carne y describe los protocolos de seguridad en el trabajo. Más allá del lugar de trabajo, mira los riesgos que implican el transporte y los alojamientos abarrotados. En la guía se observa que la propagación de la enfermedad se ha facilitado por la explotación derivada de las subcontrataciones y de otras formas de trabajo precario.
La protección del ingreso, las pruebas, el rastreo riguroso y la atención de la seguridad y la salud en el trabajo, más allá de la pandemia, son tareas importantes para construir lugares de trabajo basados en una solidaridad duradera.
Se pueden leer informes anteriores aquí [1](en inglés), aquí [2] y también aquí [3]