Veinticuatro sindicatos que representan a trabajadoras y trabajadores de Cargill en 15 países, desde Australia a Estados Unidos, Indonesia a Rusia y en toda Europa, han pedido públicamente a la empresa que deje de violar los derechos en Turquía, donde fueron despedidos trabajadores en las plantas de Cargill en Bursa-Orhangazi hace casi un año, solo como consecuencia de haberse organizado para formar un sindicato, un derecho humano internacionalmente reconocido.